miércoles, 23 de septiembre de 2020

SEMANA MORISTA. DEPARTAMENTOS ESPAÑOL-CIENCIAS-BIBLIOTECA

 Semana Morista del 23 al 30 de setiembre.


REFLEXIÓN.   INICIO DE LA CELEBRACIÓN DE LA SEMANA MORISTA
23 de setiembre 2020
 

Hoy iniciamos en cada una de las instituciones educativas del país los actos
conmemorativos de nuestro Héroe, Juan Rafael Mora
Porras.

Que mediante acuerdo N° 02-54-2017 del Consejo Superior de la Educación
celebrada en la provincia de Puntarenas, se acordó la conmemoración de
la Semana Morista.

(San José, 1814 - Puntarenas, 1860) Político costarricense que fue presidente de la República (1849-1853 y 1853-1859). De agradable trato personal y gran tesón.

De ahí la importancia de divulgar el legado morista en los centros
educativos, la relevancia de fomentar el conocimiento sobre el liderazgo del
presidente Mora en la gesta heroica que consolidó el logro de nuestra
independencia patria y el conocimiento de los hechos históricos que llevan
al infausto crimen el 30 de setiembre de 1860.

Para nuestra querida provincia es un privilegio y nos llena de orgullo, el
rendir homenaje a Juan Rafael Mora Porras por su legado y hazaña
indiscutible sobre la defensa y soberanía de nuestro país.
Invitamos a nuestra comunidad educativa y público en general de participar
en la emotiva Semana Morista.

Fuente:Zúñiga, E. (2020). Recuperado de. Equipo de TEAMS Liceo de Esparza. Departamento Ciencias-Español y Biblioteca.

Jueves 24  de setiembre de 2020

Reflexión

¡Buenos días!

Iniciamos hoy jueves con la segunda reflexión a cerca de la historia de don Juán Rafael Mora Porras. De parte de los departamentos de Ciencias, Español y Biblioteca.

Don Juan Rafael escribió entonces una carta a sus hermanos, encomendándoles a su esposa y a sus hijos, así como otra de despedida a su esposa doña Inés, en la que le decía:

“Te dirijo esta despedida en los últimos momentos de la vida: son terribles, pero nada temo; solo me inquieta la triste situación en que quedas, viuda, pobre, en el destierro y cargada de hijos. […] Cuida de nuestros hijos y háblales de su desgraciado padre, para que jamás se mezclen en la política, porque ella es un verdugo que destroza a sus servidores. […] Recordarás que yo tenía mis motivos para tener tanta repugnancia para invadir este ingrato país, y que lo hice instigado por los que me han sacrificado; Dios los perdone como yo los perdono. […] Cañas y José Joaquín no corren peligro, a lo menos así me lo han asegurado. […] Con mi muerte, creo que no podrán remediar nada, pues la complicación que ha engendrado la revolución del 14 de agosto, será fecunda en desgracias para la República. […] Dios quiera que yo esté equivocado, y que con mi sacrificio todo se acabe, y vuelva la paz y el progreso para estos pueblos desgraciados. […]

No puedes figurarte lo indiferente que me es morir, sólo siento la muerte por ti y por mis hijos; Dios los protegerá y la patria, aunque cruel conmigo, tal vez más tarde no será lo mismo con mis hijos, pues vendrá tiempo en que valgan algo los pocos servicios que he prestado en casi la mitad de mi vida. […] Ahora voy a ocuparme de lo espiritual, muero como cristiano y confío en Dios que me perdonará mis culpas, y que cuidará de ti y de mis hijos. […] Somos mortales, y tarde o temprano se muere; estamos en este mundo engañoso de paso, y así debemos ver los acontecimientos ya sean prósperos o adversos”.

A don Juan Rafael no se le permitió hablar con nadie, excepto con Iglesias, y muy brevemente con su hermano José Joaquín, cuando se dirigía al lugar de ejecución. Tampoco se le permitió hablar al momento de su muerte. Ese 30 de setiembre de 1860, a las tres de la tarde, en un sitio denominado Los Jobos, se cumplió la sentencia: fue fusilado don Juan Rafael Mora. Mantuvo gran serenidad hasta el final. Lamentablemente, la promesa que se le había hecho, de respetar la vida de sus demás compañeros, no fue cumplida.

Fuente: Zúñiga, E. (2020). Recuperado de https://www.google.com/search


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